miércoles, 7 de mayo de 2014

Santo Tirso de Cabarcos

Santo Tirso de Cabarcos:


Es un pueblo que se encuentra en El Bierzo, de dónde procede mi abuelo paterno.


Decidí ir esta mañana, para ver lo que me encontraba y para refrescar la memoria, ya que hacia mucho tiempo que no visitaba este pintoresco pueblecillo.

Es bastante fácil llegar: con saber llegar a Toral de los Vados llega. Pero eso si, tienes que ir en coche porque cerca no está. La carretera que lleva a Cabarcos esta bien indicada y no es peligrosa. Tampoco tiene muchas curvas (información útil para los más propensos a marearse)

No hay mucho sitio para aparcar, pero al ser un pueblo casi fantasma pues no importa aparcar en medio de un camino o una cuesta.

Este pueblo parece que no tiene nada en especial, pero en el se encuentra la serrería con mejor madera de castaño del Bierzo, es decir, esa pequeña serreria reparte castaño de Cabarcos por toda la comarca.

Carpintería y serrería de Cabarcos
Si vas a este pueblo, seguramente lo mejor que puedes hacer es darte un tranquilo paseo y hacer algunas fotos.

Investigando encontramos la antigua iglesia, de la que solo se conserva la silueta, la pila bautismal y el campanario (donde habia un panal de abejas enorme). La madre naturaleza ya casi se ha apoderado de esta reliquia, aunque asi, para mi gusto, es mucho más atractiva. En un lateral de la iglesia se conservan cruces metálicas, pues donde se encuentran estaba el cementerio, en el que está enterrada mi tatarabuela.

Fuente
También nos topamos con una larga fuente, de la que los pocos vecinos recogen agua para beber. No probé el agua, pero parecía bastante fresca.

Castaño
Cuando nos íbamos, vimos un pinar bastante grande, yo como estaba distraída no me fijé, pero en ese pinar hay un gran tronco de castaño, seguramente ya muerto, pero me sorprendió por su tamaño.

Figuras hechas con troncos de castaños
Si cuando te vas decides ir por la carretera vieja, llegas a Portela de Aguiar, un pueblo, también pequeño, pero más habitado, en cuya entrada nos dan la bienvenida unos troncos de castaño, convertidos en esculturas. Me sorprendieron bastante, y la verdad, es que merece la pena bajar del coche y hacerle unas fotos a las figuras.

Todos estos pueblos están rodeados del 'Pinouco', una montaña grandísima de piedra caliza.

El Pinouco y a la derecha Cabarcos
Siempre que voy a Cabarcos me quedo con ganas de quedarme en él, en serio, merece la pena ir.

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